Absurda Verdemente

Como buen emprendedor que era shinobu, se puso a caminar hasta salir de la ciudad.


arboles eran sus congeneres, como los conejos que salian a su encuentro.
el dia brillaba, el sol calentaba, el verde de las ojas desteñia como toallas en lejia.

nada impedia que los minutos que acompañaban a nuestro heroe siguieran avanzando hasta la desesperacion.

una puerta, dos, tres... de ciudad en ciudad llevaba sus eseñanzas de andador de papiroflexia, esperando encontrar por fin una ilusion que lo recomfortara.
pasaba el tiempo en las tabernas, gastando los doblones dorados que conseguia con sus clases, ya se sabe, espiritu bohemio y disciplinado a partes iguales...

un dia una nuve se lo llevo. nadie supo nada mas de el.