Fíjate qué paradoja. Android domina el mercado de los dispositivos móviles, por lo que puede decirse que, a través de él, respectivamente, Linux (el núcleo) domina la arquitectura ARM. Pues bien, ¿en cuántos dispostivos ARM se puede instalar una distribución GNU/Linux?... Podría decirse que se cuentan con los dedos de las manos; quizá unas pocas decenas si se incluyen distros específicas o se tienen los conocimientos de un hacker. Por el contrario, la cuota de mercado de Linux en los PC supuestamente no llega al 2 %, y sin embargo se puede instalar cualquier distro GNU/Linux en prácticamente cualquier PC.
Eso es así básicamente porque el ecosistema ARM es muy heterogéneo (ahora, coincidiendo con la salida de los SOC ARM de 64 bits ha surgido una iniciativa de estandarización de los SBC ARM,
96boards; ya veremos hasta dónde llega) y porque los fabricantes, aparte de que no sueltan la información técnica necesaria, lo que hacen es producir drivers cerrados sólo para Android. Por el contrario, el PC es un ecosistema estandarizado, en el que abunda la información técnica, los drivers abiertos o en el peor de los casos, al menos, los fabricantes producen drivers cerrados para Linux.
Un poco offtopic... Allá por el 2009 o 2010 hubo un breve momento en el que pareció que GNU/Linux tenía un futuro brillante en ARM. En todas las ferias tecnológicas se presentaban prototipos de netbooks de arquitectura ARM, los denominados "smartbooks". Eran más ligeros, silenciosos y con mucha mayor autonomía que los netbooks x86, y Microsoft no tenía un SO para ellos, excepto Windows CE. Ya fuese por las conspiraciones "wintel" o por lo que fuera, lo cierto es que los smartbooks, que yo recuerde, no llegaron ni a salir al mercado. Justo después llegaron las tablets. Y llegó también Android, que estaba basado en Linux y parecía tener un futuro brillante... ¿Pero qué iba a suponer eso para GNU/Linux? El escenario que tenemos hoy en día, el que comento en el primer párrafo, es la respuesta. Así que me hace mucha gracia cuando se presenta a Android como un triunfo del software libre. En lo que respecta a la libertad del usuario, ciertamente no es un jardín tan vallado como iOS, pero si se compara con lo que era tradicional en los ordenadores personales, es un desastre.
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