Hoy he visto "El Proceso" de Orson Welles. Tenía mucha curiosidad de saber cómo se podía adaptar esa novela de Kafka y el resultado no defrauda. Es exactamente como esperaba que se adaptase una novela de Kafka: una locura completa.
Conoceréis a alguien de esos que fardan de entender películas complicadas "Pues yo he visto Primer y lo entendí a la segunda" "¿no entiendes Memento?, ¿te hago un mapa?" "Mulholland Drive, la clave es Silencio". Aficionados. Pusilánimes. Onubenses. ¿A que no os atrevéis con los clásicos, a que no?
Si no sabéis de qué va la historia, Joseph K. se encuentra acusado de un crimen que nadie le cuenta. Es igual, porque el proceso y la burocracia judicial siguen adelante sin detenerse en detalles insignificantes como cuál es el crimen de K. K abre puertas, entra en salas, habla con guardias y abogados y se encuentra con otros en el mismo camino que él que llevan allí años. Todo el proceso es como una pesadilla kafkiana. Pero no podía ser de otra manera, claro.
En la foto K (Anthony Perkins, puede que lo recordéis de otras películas de locos como la de soy mi madre) pidiendo a la señora de la cola que por favor le deje pasar, que lo suyo es un malentendido de un momento.
Parece ser porque lo he leído que Welles con los cuatro duros que le daban para hacer películas hacía maravillas. En esta aprovecha esos cuatro duros para hacer escenarios enormemente claustrofóbicos tanto en exteriores como en interiores. Laberintos muy grandes pero que te ahogan. Como la burocracia. Y ese punto de expresionismo alemán que aún tiene pero que va transicionando a brutalismo como puede verse en la arquitectura.
K yendo desde los juzgados a las salas de vistas en la ciudad de la Justicia de Lleida
(¡Ayuda, que se me cae el encuadre!)
(Godzilla, tírame el dedo)
Y hay gente en esta película, eh. A paletadas. Que abres una puerta y hay 100 personas aporreando máquinas de escribir o haciendo de público. La cantidad de bocadillos que tuvo que pagar este hombre.
Dicen por ahí que toda esa gente eran yugoslavos. Parece que Welles rodó en media Europa, cada una de las escenas en un país diferente. Y claro, aquí tenemos la manía de no hablar inglés así que Welles hizo él mismo la mitad de las voces de la película. Incluida, dice la leyenda contada por el propio Welles, parte de las líneas de Anthony Perkins que después no reconocería qué voces eran suyas y cuáles de Welles. Si de algo sabía Orson es de hacer voces.
En fin, que me duermo. No es una película fácil de ver, es cine extraterrestre con su propio lenguaje e imágenes y diferente al cine que estamos acostumbrados. Recomendado para gafapastas que quieran saber qué podría haber salido del cine antes de que nos invadiesen los orcos digitales con capas de colores.
Lo que sí os recomiendo es buscar "the trial welles" en Google y ver algunas fotos, porque tiene imágenes muy poderosas.
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