Casi todo el mundo

Es, de hecho, un guiño declarado de Sam Esmail a la película de Fincher. Los paralelismos son tan abundantes como obvios. En su día se llegó a decir que era un plagio descarado de las ideas principales y sobre todo de su
leitmotiv. Pero el tiempo demostró que Esmail consiguió darle mucho más que una vuelta de tuerca, creando una auténtica obra de arte.
Sigue viéndola y disfrútala porque es una experiencia increíble. Yo me la volví a poner entera al día siguiente de emitirse el último capítulo y la disfruté aún más si cabe.
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