Antes las cosas se llamaban por su nombre, podiamos ser gordos, tontos o feos; ahora, con tanto cultureta y tanto defensor de la moral que prolifera por internet hemos pasado de ser gordos a "tener un problema de obesidad", de ser tontos a "tener un problema de atención" o de ser feos a "tener unos rasgos poco usuales".
Señores, si quieren que sea hipócrita a la hora de expresarme lo seré, pero en mi mente ustedes seguirán siendo, gordos, tontos y feos.
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