Comienza con una sección de sigilo ¿por qué sigilo? porque te dan un arma, que si bien mata de un golpe (y tras dos golpes se tiene que recuperar como las armas de fuego, hielo y eléctricas), tú mueres al primer impacto. Lo cierto es que es bastante presión para empezar.
Pero bueno, luego te presentan 4 altares, uno por cada región habitada por un elegido, donde hay tres fotos del mapa. Esa parte me gustó, identificar la ubicación. Allí hay una prueba que puede ser matar un enemigo, llegar a un lugar apartado, o pasar por unos anillos.
Y vaya diferencia entre Superman64 o esto, porque o es pasando en trineo-morsa, esquiando, nadando, o incluso volando, que por momento pensaba que estaba jugando al Pilotwings
Esas pruebas abren un santuario cada una, con quizás los mejores puzles de todo el juego. Son muy divertidos y están tematizados. Lástima que se hagan tan cortos.
Después te vuelves a enfrentar al jefe de cada Bestia Divina, pero en esta ocasión tienes el inventario extremadamente limitado, y tienes que vencerlo como se diseñó inicialmente, sin ayudas del tipo tener 300 flechas o usar la Espada Maestra. Me recuerdan así a los combates de los jefes del resto de la saga, en el que tienes que usar el objeto de la mazmorra para acabar con ellos. Al menos, te dejan la piedra Sheikah, los poderes de los elegidos y los corazones que tuvieras.
Con ello se abre otra especie de "Bestia Divina", y al igual que las otras, es lo más parecido a un templo clásico de los Zeldas que hay. También es muy chulo.
Y hay un combate final, que es mucho más entretenido que Ganon.
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