Syto: realmente a mi me gustaría ir un paso mas lejos y tener una sala de juegos completa , con 10 recreativas minimo cada cual con su marquesina pintada con el juego que llevan, etc. Y un flipper en algun rincon (mi ciclo eran 10 fichas en los videojuegos 1 en el flipper para desintoxicar
) Pero obviamente eso no es posible. Quiza si nos juntaramos varios amigos, podriamos lograrlo. Aca se consiguen recreativas originales desde unos 150 euros con un juego. Creo que hablamos de experiencias de juego diferentes. El poder acumular todos los juegos en un solo monitor , cuando nacio el MAME creo que fue un sueño hecho realidad. El poder acumular todas las consolas de sobremesa en una consola portatil mediante los emuladores de la gp32 fue otro sueño hecho realidad. O sea, microutopías que quizá no pudimos imaginar en aquellas epocas en que cada ficha tenia la magia de ser una moneda de cinco duros (o costar su equivalente) , donde perder una vida era perder dinero, y donde el abanico de juegos se limitaba a veces a dos o a una recreativa que el almacén del barrio traía, o el pool.. y ahi la dejaba 1 mes, 2 meses, hasta que veia que ya todos con una ficha demorabamos mas de 1 hora y la cambiaba por otra. Y nos caia una nueva... y no durabamos nada. Y no nos gustaba al principio y que se yo.. o sea, no es lo mismo. Tener el MAME en una recreativa en el comedor de mi casa es para mi como agarrar a SCARAMOUCHE el chaval de 10 años y decirle hace 25 años "te gustaria llevarte ese mueble para tu casa y que además pudiera tener TODOS los juegos que existen incluidos?". Imaginen la cara de ese niño... la misma que si le hubieramos dicho "te gustaria jugar a TODAS las maquinitas que existen en la pantalla de tu GAME AND WATCH?" o "te gustaría jugar a un juego de soldados en 3d con gráficos que parecen casi una película?" . Es la cara que ponemos hoy día cuando compramos una gp o un psp o nos metemos una recreativa a la casa con el MAME. Nos conectamos con el adolescente interno y eterno. Igual que los juegos de aquella epoca , de 16 bits, la magia no era reproducir la realidad a la perfección... los gráficos eran lo de menos. La magia era imaginar... que los pixeles y los tres colores nos permitieran imaginar vagamente que eramos un soldado, o un comandante de una estación de misiles, o un vaquero matando bandidos,, o un samurai pateando ninjas. Imaginar. Imaginar ahora que estoy en una de aquellas salas, que le regale a aquel niño algo que no podía imaginar siquiera entonces. Los detalles no tienen que ser exactos ni perfectos.
Bueno, eso es lo que siento yo. Cambiar placas JAMMA me insumiria minutos que perdería de jugar. El niño aquel no quiere aprender electrónica ni mover cables. Quiere todas las maquinitas en una sola y en el comedor de su casa. Quiere si, porque no pudo, la capacidad de jugar dos minutos a cada una y gratis, sin moverse del mismo mueble.
Eso es lo que siento. Pero las maquinas son como las mujeres... aun siendo el mueble el mismo, cada uno las trota y las siente diferentes.
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