“Lo primero, pido disculpas por no escribirte desde mi cuenta habitual. Cualquier cautela es poca en los tiempos que corren y este es un problema que afecta a mi puesto de trabajo y por ende a mi familia.
Llevo cerca de 2 años en BQ, contratado temporalmente. Trabajo en el SAT, quizás el departamento más numeroso e importante para la empresa. Digamos que ya había problemas, pero hasta que no llegaron “abajo” no empezamos a darnos cuenta de la gravedad de la situación. Será extenso, pero es imposible hacer un dibujo de la situación actual sin contarlo todo.
Comenzó todo con acuerdos de colaboración con lo que ellos llaman “partners”. El objetivo era dar un servicio más cercano al cliente y que reparaciones más cotidianas, como reparaciones de pantalla, se pudiesen realizar en centros de fuera.
Aquí ya se notó el primer bajón de trabajo, porque dejaron de entrar una cantidad importante de dispositivos.
Esto no sólo quedaba aquí. Hay un porcentaje de empleados que cobramos una miseria de salario, que arreglabas, en cierta forma, alcanzando una producción. Un número mínimo de reparaciones, revisiones, presupuestos, etc.
Así que ya afectó a nuestros bolsillos. Cayendo el número de dispositivos en SAT, hasta que llegaban las mensajerías y se daba entrada al trabajo de ese día, estábamos parados o trabajando a medio gas. Además, estos “partners” tenían prioridad en stock, con lo que muchos días no había piezas para reparar nuestros dispositivos, mermando aún más la producción diaria, mientras los centros de fuera de BQ tenían stock con normalidad.
Esta situación se fue agravando cuando entraron en juego otras compañías. Una de ellas, el Grupo Poas. La otra y quizás más llamativa, Smart Labs, un centro de trabajo situado a 200 metros del nuestro.
Formaron a gente y el trabajo cayó en picado. Horas parados, argumentadas con que es filosofía de la empresa tener un cola de 0 días de reparación y que puntualmente se desviaban picos de trabajo para cumplir plazos. Todo esto podría entenderse desde la perspectiva de la empresa, pero claro, empezaron las no renovaciones y los despidos, que a su vez argumentaron y argumentan con la caída en ventas y la ausencia de trabajo.
Actualmente la empresa reconoce externalizaciones entre el 4 y el 8% del total de trabajo. Sin embargo, nuestras fuentes acercan esa cifra al 40%.
Sí, en BQ derivan el trabajo fuera y reducen plantilla para cambiar su modelo de negocio.
Aquí entran ya los sindicatos. Hay un total de 17 representantes de 3 sindicatos diferentes, pero sólo para los centros de Juana Francés y Marie Curie, en Rivas. Los compañeros de Las Rozas están totalmente desprotegidos, sin información y viendo cómo se desmontan departamentos sin poder hacer nada, como habrás podido leer estos días.
A principios de la semana pasada se nos propusieron paros, necesarios para poder ejercer presión a la empresa y abrir vías de negociación, parar los despidos, readmitir compañeros (ya que las cifras en lo que llevamos de año, más de 30 indefinidos habían sido despedidos y pasábamos a hablar ya de ERE encubierto) y solucionar negociaciones enquistadas (el pago de los trienios a la gente con antigüedad se está haciendo de manera fraudulenta).
Parte de la plantilla apoyó en esa Asamblea los paros y una manifestación, pidiendo la readmisión de los compañeros despedidos y que parasen las externalizaciones. Se nos prometió información al minuto de las negociaciones del comité de huelga durante toda la semana.
Pero nada más lejos de la realidad. A nuestro Comité les ha superado la presión, han sido convencidos fácilmente… No quiero darle muchas más vueltas. Pero el martes ya sabíamos que se iban a desconvocar paros y manifestación, ayer se confirmó. ¿El acuerdo? Aseguran un número de indefinidos a costa de condenar a los compañeros con contratos temporales. Negociar con nuestro comité el % de externalizaciones. Y ya.
Nuestros sindicatos nos han fallado. No reconocen las cifras que les han confesado y por el boca a boca, todos las sabemos ya. Más de 200 nos vamos a la calle, paulatinamente, con disimulo para que nadie alce la voz.
Mientras escribo esto, directiva y sindicatos están redactando un comunicado para lavar la imagen de la empresa y que parezca un malentendido.
Un gran número de compañeros nos sentimos defraudados. Vendidos por compañeros a los que dimos la oportunidad de defender el futuro de muchas familias.
La plantilla está dividida. Gente afín a la empresa o con situaciones muy beneficiosas que prefieren no tomar parte y ver como los demás discutimos. Gente afín a los sindicatos que creen que se ha actuado correctamente y esta es la vía adecuada para sacar cosas positivas.
Y el grupo entre los que me encuentro, que creemos haber perdido una oportunidad única de haber metido el miedo en el cuerpo a las empresas que se creen que todo vale, que somos simples números que pueden cuadrar borrando de una tabla de Excel. Un grupo que cree que se ha fallado no sólo a la plantilla, sino a los que iban a venir esta tarde a apoyar la manifestación, en la que iba a haber diputados. Y por supuesto, hemos fallado a esas familias que se han quedado sin salario a final de mes, que prometimos defender y las han dejado en la estacada a cambio de nada.
Podría contar muchas más cosas. Cada compañero vive una situación diferente, pero el sentimiento es unánime. Nos sentimos engañados por BQ y por nuestros representantes. Y lo que en los próximos días se venderá como un final feliz, para muchos será un final angustioso”.
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