http://www.formulatv.com/noticias/40...in-peaks-2016/
Perdonen ustedes, pero estoy en éxtasis.
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Última edición por juanvvc; 06/10/2014 a las 20:24
"Todo es absolutamente falso, salvo alguna cosa"
Una de mis series favoritas de todos los tiempos, me alegro de que no la retomen otros.
No va a ser para todo el mundo, seguro que David Lynch va a ir más allá todavía, si eso es posible.
Todavía me estoy recuperando de Inland Empire.
The eagle never lost so much time as when he submitted to learn of the crow.
Nunca he visto nada ni sé de qué va... ¿me estoy perdiendo algo??
Esta es de esas series que o la adoras de por vida o la odias y no puedes ni acabar de verla.
Intenta verla y nos cuentas.
The eagle never lost so much time as when he submitted to learn of the crow.
Pues mi opinión sobre la serie es que es bastante mala, no pude aguantar mas de 2 o 3 capítulos, por lo que no creo que vea la continuación, no merece la pena tanto sufrimiento para enterarse (o no) de quien mato a Laura Palmer .
Zhorro
Lo que yo decía.
A mí me parece una obra maestra de serie, pero está claro que no es para todo el mundo.
The eagle never lost so much time as when he submitted to learn of the crow.
¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! ¡ole! 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Última edición por 3XCL4M4t10N; 06/10/2014 a las 22:04
Cambió la forma de ver la television y sobre todo las series, como hizo Lost 15 años más tarde. Antes de eso no recuerdo tener hype por nada xD
Desde luego que no es una serie para todo el mundo pero es que no los son todas? O al menos todas las buenas? Se supone que juego de tronos es para todo el mundo por ejemplo? Porque conozco a mucha gente a la que le produce urticaria. Pero bueno si, se te entiende.
Me refería a que no es como Los Serrano o aquí no hay quien viva, series más directas que conectan más con el público en general.
The eagle never lost so much time as when he submitted to learn of the crow.
Sí. Como dicen por arriba es una serie fundamental en la historia de la televisión. Los capítulos de Lynch son maravillosos, los demás suben y bajan. La segunda temporada es bastante pché, pero eso es porque tenemos la primera para compararla. La segunda es cuando Lynch se desvinculó de la serie. En realidad se convierte en un culebrón como cualquier otro así que la segunda temporada solo se soporta si te has encariñado de los personajes.
El asesinato de Laura (la serie empieza cuando se decubre el cadáver de Laura Palmer) es igual, es el leitmotif de la serie pero Lynch no quería desvelar nunca quién era el asesino. La serie va sobre los personajes de un pueblito de la américa profunda y es literalmente un culebrón americano porque se diseñó como un culebrón. Tiene además un componente de asombro por la vida y un poco de magia natural. Coge Doctor en Alaska y súmale Expediente X y tendrás Twin Peaks.
Mírate el episodio piloto y si te engancha, te engancha. Si no te va el tono del episodio piloto no veas más, pero al menos mira ese episodio piloto porque es pura historia de la televisión.
El asesino es Bob. Lo dicen en el episodio 3, en el sueño que he enlazado arriba, así que no has visto 2 ó 3 episodios. Has visto 2 como mucho
De todas formas quién sea el asesino da igual. Ya digo que Lynch no pensaba ni decirlo. Si se revela es por presión de la productora y porque Lynch estaba aleshores despistado pensando en otras cosas, así que lo revelan otros directores, no él.
"Todo es absolutamente falso, salvo alguna cosa"
No obstante el último capítulo es la ostia. El final del último capitulo es la repanocha. Eso si: Tienes que ser un poco masoca para que te guste un final así.
¡Me topo con el topo que se come la hierba!
.... ¡A ese topo hay que tapar!
La hostia. Esta serie la vi tarde (hará unos 8 años), pero lo flipé con ella. Primero me sacan una nueva temporada de 24, y ahora dicen que habrá más capítulos de Twin Peaks
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