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Wonder Boy V: Wonder Boy in Monster World (1991)

Si has seguido las anteriores entradas sabrás que algo raro pasa con la nomenclatura de esta saga, ¿como que Wonder Boy V? ¿y el IV?. Bueno, digamos que Westone y SEGA se hicieron la picha un lío al traer la saga Monster World (nombre original en japo) a occidente. En realidad, Wonder Boy in Monster Land (el segundo de la saga) es Monster World, Wonder Boy III es Monster World II y el que aquí nos ocupa es Monster World III. Lo que ocurre es que hay otro juego, aparecido en Japón en principio, que ya tenía el nombre de Wonder Boy III antes de aparecer el Dragon's Trap en Europa y América. Es una especie de shooter plataformero que tiene menos interés que la saga Monster World. Las cosas se hacían de aquella manera en los 90, Westone pensó que como un juego estaba en occidente y otro en oriente nadie iba a notar la inconsistencia. Para liarla más aún, SEGA no tiene otra cosa que llamar en occidente al Monster World III algo como Wonder Boy in Monster World. ¿Confundido? bien, pasemos al juego.


Se ve que a Westone se le pasó un poco la inspiración, y rescató universos ya visitados en ediciones anteriores. Podemos reconocer aspectos, personajes y situaciones de Wonder Boy in Monster Land pero manteniendo la dinámica de "exploración" de Wonder Boy III. No me malinterpreten, no es un mal juego ni mucho menos, pero no tiene *eso* que si tenía el juego anterior.
Controlaremos a Shion, en la típica tarea de limpiar de monstruos el mundo. Hemos perdido la capacidad de transformarnos en animales (si que podremos hacernos enanos) pero conoceremos a personajillos que nos seguirán en nuestro camino y nos ayudarán a superar ciertos obstáculos. Por otro lado el inventario tiene aspectos interesantes, ahora, manejaremos espadas, lanzas, tridentes y vestiremos botas que nos darán más o menos velocidad y capacidad de salto. Conoceremos el fondo del mar, el desierto y el espacio, hablaremos con hadas y hasta con el mismísimo Poseidon.
El juego resulta más lineal, menos rejugable, más corto y con menos extras que WBIII, pero las mazmorras y cuevas tienen un diseño más inteligente.
La saga dió el salto a las 16 bits de SEGA y eso se hizo notar en los maravillosos gráficos, rebosantes de color y planos de scroll pero sin perder el encanto de sus hermanos pequeños y en el departamento de sonido, las músicas son menos inspiradas aunque los efectos siguen teniendo personalidad.

Cuando portaron el juego a Master System cometieron el error más grave que se puede cometer en estos casos. Intentaron coger el juego de la Megadrive, apretarlo, recortarlo y limarlo para que cupiera en la 8 bits, y claro, eso se nota. WIBIMW para Master System es una decepción, un error, el final que no se merecía esta saga.



¿Final? no, amiguitos, todavía queda un hijo bastardo que en próximas ediciones visitaremos...