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Vale, tal y como prometí hace unos días, aquí comienza el foto-reportaje sobre mi viaje a la cuidad vigilada, osease, Londres, durante casi una semana. He hecho alrededor de 300 fotos y he seleccionado para este reportaje más de 160, así que la longitud de éste será considerable, por lo que irá por entregas (Tranquilos que no vais a tener que comprarlas). Bien, no demos más rodeos y comencemos por hablar sobre el primer día de viaje, el día 9.

Nos despertamos todos a las 6 y media de la mañana, teníamos que llegar con antelación al aeropuerto de Málaga, y el viaje desde Marchena duraba unas 2 horas. Aún con sueño desayunamos, viendo por la ventana un tono de cielo azul inusual, signo de que ya estaba amaneciendo. A las 7 y media salimos del pueblo rumbo a Málaga, pasando por La Puebla, Osuna y llegando hasta los paisajes montañosos que indicaban que nos acercábamos a nuestro destino.

Llegamos y pudimos ver a lo lejos el mar por primera vez en bastante tiempo (Hace ya mucho que dejamos de ir a la playa) y nos encontramos con un típico atasco. Por suerte era pequeño e íbamos con tiempo de sobra, así que seguimos hasta llegar al aeropuerto. Sigue entonces lo típico: buscar aparcamiento, buscar terminal, meter maletas, enseñar DNI, pasar por el detector y dejar que te soben, ir a la puerta de embarque, ver un cartel de etarras en busca y captura, enseñar DNI, esperar, cruzar la puerta de embarque, enseñar DNI, ir al avión y enseñar billete (El DNI necesitaba un respiro). Ya dentro cogí un periódico en inglés enorme (Volábamos en British Airways, hasta el bocadillo estaba en inglés) y nos pusimos de forma que me tocase a mí la ventanilla, desde la cual se veía lo siguiente.

El avión estuvo dando vueltas en tierra buscando pista donde despegar y esperando a que los demás aviones hiciesen sus necesidades. Parecía que nos íbamos a quedar en el sitio cuando nuestro avión consiguió ir a la pista y hacer lo que ya experimenté en mi viaje a Mallorca (Aprovecho para agradecer a mis compañeros de cuando la ESO el gran trabajo que hicieron boicoteando destinos en el extranjero y haciéndome el vacío): el avión aceleró de forma monstruosa y despegó del suelo mientras mi cabeza se sentía oprimida por el gradual cambio de altitud. Por desgracia la cámara se quedó sin pilas en ese momento y no pude fotografiar las nubes ni nada hasta tomar tierra y conseguir unas nuevas. Cambiando de tema, durante el viaje tuvimos azafatos que nos ofrecían un bocadillo y agua para pasar las dos horas y pico de vuelo. Uno de ellos era un clon de Cesar Millán pero en morenote, y la otra azafata era casi clavada a una antigua profesora de inglés de mi instituto. Aparte de lo de "el equipaje de mano en el suelo" o "cerrar las bandejas al despegar/aterrizar" todo normal hasta que mi hermano me cambió el asiento para coger él la ventanilla.

Finalmente llegamos y tomamos un autobús que nos llevó hasta la terminal de Heathrow, donde recogimos las maletas y fuimos en metro hasta la parada de Earl's Court, que es donde teníamos el hotel. El metro era bastante pequeño e iba a una velocidad por los túneles que no era normal. Por lo que veíamos por fuera estando el metro sobre tierra no parecía que estuviésemos en el extranjero hasta que aparecieron las típicas casas de ladrillo británicas. Habiéndonos bajado ya del metro salimos por la puerta y nos encontramos de lleno con la calle, que era completamente distinta a cualquier calle que hubiese visto en nuestro país: pasaban los autobuses de 2 pisos de forma contínua, todo estaba lleno de bares, pubs, cibercafés, hindúes, tabernas y restaurantes de todo tipo, etc... Por cierto, las cabinas de Londres NO funcionan. NINGUNA. Todas estan rotas o escupen las monedas cuando intentas hacer llamadas al extranjero (Bueno, la del metro sí funcionaba, pero queda más gracioso si digo que no fuincionaba ninguna).

Llegamos por fín al hotel NH Kenshington y lo primero que me llamó la atención fue un cartel de turismo de Extremadura (Si voy algún día será porque lo dice Berta Collado). Después fuimos a nuestras habitaciones a dejar las cosas e irnos a dar una vuelta. Saliendo del hotel fuimos a la izquierda y seguimos hasta encontrarnos con esta enorme construcción.

¡Que gusto tener tan cerca el Museo de Historia Natural!

Ese día no lo vimos del todo, sólo estuvimos viendo la parte del vestíbulo, fue al día siguiente cuando lo vimos (casi) al completo. Tras seguir la enorme cola, entramos y dejamos que nos hurgasen en las bolsas que llevábamos (Esto lo hacen en casi todos los museos), y al entrar dentro del vestíbulo...

...esta reconstrucción del esqueleto de un Diplodocus nos dió la bienvenida (Los esqueletos que aparecen montados de esta forma en los museos son reconstrucciones, los huesos originales son demasiado frágiles como para ser montados y expuestos. Supongo que ya lo sabíais, pero por si acaso). Dentro pudimos ver cosas como (el esqueleto de) el último anfibio de Australia, la cornamenta de un Megaloceros, un celacanto en formol, un tronco de árbol petrificado o el esqueleto de un pájaro elefante. Salimos del museo, cuyos exteriores estaban llenos de pequeños dinosaurios emplumados (Léase "palomas") y seguimos por el camino de antes.

Cruzando por las calles principales encontrábamos las tiendas y demás casas o edificios importantes, pero si nos alejábamos de allí podíamos ver árboles y paisaje urbano más tranquilo. Las casas antiguas tienen siempre una parte oculta, es decir, hay una entrada principal al primer piso por la parte de la calle, pero también hay unas escaleras metálicas que llevan a un piso más bajo (Buen sitio para meter a los criados). Cuando cruzamos la calle me llevo el primer susto del día.

En este dispositivo que está en todos los semáforos pone Pedestrians (Peatones), pero mi mente pérfida y corrompida leyó mal y creyó que ponía Pederastians (Pederastas). Chorradas aparte he de decir que en los cruces londinenses no existen los pasos de cebra...

...ni tampoco se mira hacia los dos lados, sino que se te indica hacia dónde tienes que mirar en cada caso. Seguimos hacia delante encontrándonos con Harrods, pero no entramos en él y seguimos adelante, teníamos que seguir viendo cosas.

Pasando por algunas tiendas cercanas vi una cosa en un escaparate que me hizo mucha gracia, pero que no pude comprar.

Más de uno sabrá en qué franquicia videojuegüil de Capcom está basada esta camiseta ¿Verdad?

Bueno, a lo que íbamos, seguimos cruzando la calle, viendo algun edificio enorme en obras, y me surge una pregunta: ¿Hay Páginas Amarillas en Reino Unido? ¿Cómo se llamarían?

Pues Páginas Amarillas, igual ¿Para qué complicarse?

Pasamos por un subterráneo cuyas paredes estaban llenas de dibujos que hablaban sobre la batalla de Waterloo y otros acontecimientos. Salimos y llegamos a este punto.

Después volvimos a cruzar un subterráneo con dibujos similares, aquí una foto para que os hagáis una idea.

Siguiendo más adelante vimos cosas como el restaurante Ritz, y nos topamos con algo que no me esperaba, algo que encontraría más normal si estuviésemos en Nueva York o en Tokio, pero no aquí.

Un cruce con pantallas publicitarias gigantes y una plaza en medio donde había mucha gente haciéndose fotos. Seguimos pues hacia delante, viendo un parque lleno de "caricaturistas" (les robaban los dibujos a internet o a Vizcarra), un restaurante llamado Chiquito, y muchos cines hasta que giramos a un lado en cierto momento y dimos de lleno con Chinatown.

Tras cruzarla y no ver más que patos fritos (Literalmente) y calamares naranjas en los escaparates, seguimos por el camino anterior. Por cierto, no os lo he dicho antes, pero Londres está plagada de musicales, y cuando digo plagada es PLAGADA: que si el musical de El Rey León, que si el musical de las brujas del Mago de Oz, que si el de Los Miserables, que si el de los Jersey Boys, que si el de Mamma Mia, que si el de Billy Eliott, que si el de Oliver Twist, que si el de Sister Act, que si el de El Fantasma de la Ópera, que si el de Chicago, que si el de Grease, que si el de PRISCILLA REINA DEL DESIERTO:

Llegan a poner el musical de La Bella y la Bestia y mi cerebro revienta por sobrecarga XD Después de un rato vamos a buscar la parada de metro de vuelta al hotel, y viendo el cielo me encuentro con algo inusual: gaviotas. Nunca había visto gaviotas metidas en una ciudad grande, sólo las había visto cuando estaban en la playa o cerca de la costa, pero no en medio de una ciudad. Pensándolo bien, no es tan raro estando el río Támesis al lado. Ya en la parada de metro se vuelven a ver los carteles de musicales y me encuentro con el de Chicago. Noto entonces algo raro.

Felipe Gonzalez's Chicago: The Musical. Now in theatres.

LOL

Tras entrar en el metro y bajar, volvemos al hotel yendo por un atajo, por un lugar más tranquilo que la calle principal. Intentamos llamar a nuestro país pero nos es imposible, la cabina, bien forrada de anuncios eróticos, no quiere hacer las llamadas. Pasamos y seguimos nuestro camino.

Llegados ya al hotel, y habiendo ya cenado en un Macdonal, nos dormimos para seguir viendo cosas el día siguiente...


Bien, acabada la primera parte. Espero que os haya gustado, la segunda parte tendrá bastantes más fotos. Espero que los blogs no tengan límite de número de imágenes, por que quiero poner bastantes.