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Otro verano más, normal como todos si no fuera por el viaje que tengo en una semana, aunque por los demás un verano corriente, han vuelto las moscas, el calor, los aires acondicionados y, como el año pasado, vuelvo a tener otra vez esa maldita mancha roja en el pie izquierdo. La última vez que fui al dermatólogo me recetaron una crema que me tenía que echar 3 veces al día y Ketoconazol, un gel para después de cada baño, así que eso mismo estoy haciendo ahora. De paso compramos más crema con receta que habían conseguido ellos (Las ventajas de tener padres enfermeros, que me ayudan a automedicarme), aunque también nos dieron un bote más de gel que ya teníamos, de marca distinta, aunque era el mismo gel.

Menudo nombrecito el de la marca, por cierto:
(Atención: broma que solo pueden entender K-teto, Tetsu, Ryo-99, FFantasy6 y todo aquel para el que las siglas KOR signifiquen algo más que un acrónimo de Corea)


Por suerte la mancha está empezando a desaparecer, por lo que ya me estoy echando crema menos veces y puedo estar más tranquilo. Espero que también haga un poco menos de calor, que estos últimos días Sevilla parecía una sartén, y en Marchena la situación no es demasiado distinta (Pobrecillos los que vivan en Écija...)

Respecto a otros asuntos, mi amiga pereza sigue conmigo aunque me la ha jugado durante todo este curso en la universidad (Léase: tengo asignaturas para septiembre y toca hincar codos). Bueno, es normal, estudiar una carrera nunca es fácil y siempre puedes tener un golpe de mala suerte por alguna pregunta de examen o algún corrector, lo que sí me cabrea es que mi compañero de piso no sólo ha pasado el curso perfecto salvo las dos asignaturas de física, sino que encima va y se echa una novia guapísima. Y no va a verla al pueblo, no, tiene que llevársela a nuestro piso y cenar alli con ella hasta las tantas ¡Viva!

Bueno, no me estreso más, voy a quedar para salir y aprovecharé luego para leer algún libro sobre vida prehistórica, a la espera de ir al museo de historia natural.