Un mundo infectado de monstruos
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- 21/09/2007 a las 11:50 (2581 Visitas)
Wonder Boy in Monster Land (1987)
La saga comienza a ponerse interesante a partir de aquí. Si su predecesor se ambientaba en un mundo prehistórico sui generis, WBIML lo haría envuelto en un contexto medieval, y al contrario que la primera parte, el cartucho de la 8 bits de SEGA fue más popular que el Arcade, con menos encanto gráficamente.
El juego situaba al personaje principal (que no es el mismo que en el primer juego) en su viaje hacia la guarida del dragón Meka, el monstruo infame que aterroriza a los habitantes de Monster Land.
Westone introdujo varios elementos que se repetirían más tarde en el resto de las encarnaciones del Niño Maravilloso, la habilidad de manejar espadas y escudos, de vestir armadura, la existencia de tiendas y bares donde tomarse una birra y recibir pistas, la inclusión de tareas secundarias y otras características propias de un RPG. Pero en la práctica, seguía siendo un juego de plataformas lineal. Con encanto y aventurilla si, pero plataformas al fin y al cabo.
WBIML era probablemente el juego más dificil de la saga, ya que se eliminó el sistema de continuaciones infinitas y no se incluyó la posibilidad de usar claves de acceso como si ocurriría en su secuela. A ésto hay que sumarle la desafortunada característica del límite de tiempo -probablemente la herencia del Arcade que menos sentido tiene en la versión doméstica- y la facilidad para sufrir daños que tenía nuestro rubio héroe.
En definitiva, WBIML tenía como meritorio el ser el juego que abría nuevos horizontes creativos en la saga, pero cuya ejecución no terminó de cuajar. Aunque albergaba momentos memorables -como la lucha contra la esfinge- carecía de ese puntito de riesgo de más que sí tendría el juego que nos ocupará en próximas ediciones. Estoy hablando, niños y niñas, del celebérrimo Wonder Boy III: The Dragon's Trap.