ZDV Bot
26/11/2012, 10:30
Leer noticia original en Anaitgames (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-5)
http://www.anaitgames.com/images/uploads/2012/11/analisis_the_waking_dead_ep5_1.jpg
[Análisis de The Walking Dead: Episode 1 - A New Day (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-1)]
[Análisis de The Walking Dead: Episode 2 - Starved for Help (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-2)]
[Análisis de The Walking Dead: Episode 3 - Long Road Ahead (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-3)]
[Análisis de The Walking Dead: Episode 4 - Around Every Corner (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-4)]
En el cómic que le ha cambiado la vida al guionista Robert Kirkman no tardamos mucho en darnos cuenta de algo que él parece tener muy presente cuando escribe: no hay épica en el sacrificio ni heroicidad en la muerte, incluso aunque seas el más badass del pueblo. Abraham Lincoln, un tío de 1,95 que se pasó la infancia cortando troncos a hachazos, de adolescente le dio una paliza al jefe de una banda de matones y de adulto se convirtió en el decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, lo más parecido a un superhéroe decimonónico, terminó con la cabeza reventada en el palco de un teatro a manos de un títere sureño que le disparó por la espalda. Fue rápido y simple, porque así es la vida. Y esa misma idea ha filtrado en el inconsciente de Telltale Games, que con este quinto y último episodio de The Walking Dead, No Time Left, rubrica un desenlace breve, frenético y desgarrador.
Con cada episodio, seré honesto, se me ha hecho más difícil analizar las andaduras del fugitivo Lee Everett y la pequeña Clementine en busca de una oportunidad para seguir con vida. Una experiencia en dosis tan bien medidas a lo largo del tiempo le obliga a uno a evaluar de forma casi injusta solo lo más reciente de la historia, solo los últimos pasos, y aun así The Walking Dead se las ha ido apañando para dividirse con la gracilidad y la seguridad del que confía en el guión que tiene entre manos, dándonos las recompensas, los momentos de angustia y los cliffhangers impactantes en el momento preciso. Y eso, desde luego, tiene un mérito descomunal.
En este último tramo, sin entrar en spoilers, Telltale ha optado por esa otra scare tactic que casualmente enumeré en el análisis del episodio 4, más centrado en el miedo a la pérdida. Os hablo de la inevitabilidad. Sucede con el tebeo original pero también con todas sus adaptaciones, sean mejores o peores: todo parece encaminado a la tragedia, todo está escrito de algún modo que somos incapaces de descifrar hasta que la espada de Damocles ya nos ha partido en dos. El ambiente está viciado entre Lee y el personaje adulto más antiguo, Kenny, que no parece el mismo del principio. http://www.anaitgames.com/images/uploads/2012/11/analisis-walking-dead-episodio-5-art.jpgLas desconfianzas en el grupo no se han curado como una herida normal, porque el entorno no es normal, el mundo ha cambiado radicalmente, y sus relaciones no son fruto de la amistad, el compañerismo o la afinidad, sino de la pura supervivencia, del instinto.
La idea de que algo muy jodido está esperándonos al doblar la esquina viene acechándonos desde los primeros diez minutos del primer episodio y va cobrando más fuerza a medida que la trama evoluciona. Cualquier atisbo de esperanza, de seguridad, de que quizá las cosas podrán ir mejor a partir de ahora, son solo un espejismo en el que cualquier alma desesperada caería de cabeza. En términos narrativos, hay un gato en la entrada de la guarida del ratón que hace pausas para que el roedor se confíe. No es que los gatos sean malignos (que de todo habrá), es que buscan la eficacia. Y está claro que los guionistas de Telltale persiguen el mismo objetivo: el zarpazo emocional en pleno corazón.
Este No Time Left es con diferencia el episodio más corto de los cinco. En apenas una hora la arena del reloj se agota y los hechos empiezan a precipitarse exponencialmente. La prudencia, la reflexión y la calma se apartan del camino. Las decisiones, que tanto peso han tenido en todo el relato, son pocas y sin demasiada importancia. Las cartas ya están sobre la mesa y la situación se vuelve tan desesperada que no hay otra salida que cerrar los ojos y pisar el acelerador hasta el borde —consabido de un modo u otro— del precipicio. Porque esa es la única carretera que ha pavimentado Telltale y porque la vida, diría Borges, es una muerte que viene. De quién, es lo de menos.
http://www.anaitgames.com/images/uploads/2012/11/analisis_the_waking_dead_ep5_2.jpg
The Walking Dead es un título imprescindible. Y no lo digo apelando a esa frase clásica del periodismo de videojuego, como. Es un juego imprescindible en términos absolutos, una experiencia que todo el mundo debería vivir, una conjunción de videojuego y narrativa en la que ambos elementos son distinguibles pero dependen entre sí. Un entramado cuya fuerza motora es la energía que libera un épico high five entre jugador y creador, pero que a la vez se comporta de forma orgánica y, por tanto, imperfecta. Esto no es una bifurcación entre dos caminos, no es una moneda al aire, o al menos no es esa la sensación que da en su totalidad. The Walking Dead de Telltale es más bien un golpe en la mesa, la consagración más flagrante y brutal de que los videojuegos tienen todavía mucho más que decir en este arte de contar historias. Quizá la nuestra sea una industria todavía en plena pubertad, pero los destellos de la excelencia y la profundidad empiezan a ser frecuentes, y quienes se empeñan en mantenerla encerrada en su cuarto lleno de pósters, entradas de conciertos y figuras de acción no podrán seguir ignorando este hecho por mucho tiempo más. [9]
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[Análisis de The Walking Dead: Episode 1 - A New Day (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-1)]
[Análisis de The Walking Dead: Episode 2 - Starved for Help (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-2)]
[Análisis de The Walking Dead: Episode 3 - Long Road Ahead (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-3)]
[Análisis de The Walking Dead: Episode 4 - Around Every Corner (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-4)]
En el cómic que le ha cambiado la vida al guionista Robert Kirkman no tardamos mucho en darnos cuenta de algo que él parece tener muy presente cuando escribe: no hay épica en el sacrificio ni heroicidad en la muerte, incluso aunque seas el más badass del pueblo. Abraham Lincoln, un tío de 1,95 que se pasó la infancia cortando troncos a hachazos, de adolescente le dio una paliza al jefe de una banda de matones y de adulto se convirtió en el decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, lo más parecido a un superhéroe decimonónico, terminó con la cabeza reventada en el palco de un teatro a manos de un títere sureño que le disparó por la espalda. Fue rápido y simple, porque así es la vida. Y esa misma idea ha filtrado en el inconsciente de Telltale Games, que con este quinto y último episodio de The Walking Dead, No Time Left, rubrica un desenlace breve, frenético y desgarrador.
Con cada episodio, seré honesto, se me ha hecho más difícil analizar las andaduras del fugitivo Lee Everett y la pequeña Clementine en busca de una oportunidad para seguir con vida. Una experiencia en dosis tan bien medidas a lo largo del tiempo le obliga a uno a evaluar de forma casi injusta solo lo más reciente de la historia, solo los últimos pasos, y aun así The Walking Dead se las ha ido apañando para dividirse con la gracilidad y la seguridad del que confía en el guión que tiene entre manos, dándonos las recompensas, los momentos de angustia y los cliffhangers impactantes en el momento preciso. Y eso, desde luego, tiene un mérito descomunal.
En este último tramo, sin entrar en spoilers, Telltale ha optado por esa otra scare tactic que casualmente enumeré en el análisis del episodio 4, más centrado en el miedo a la pérdida. Os hablo de la inevitabilidad. Sucede con el tebeo original pero también con todas sus adaptaciones, sean mejores o peores: todo parece encaminado a la tragedia, todo está escrito de algún modo que somos incapaces de descifrar hasta que la espada de Damocles ya nos ha partido en dos. El ambiente está viciado entre Lee y el personaje adulto más antiguo, Kenny, que no parece el mismo del principio. http://www.anaitgames.com/images/uploads/2012/11/analisis-walking-dead-episodio-5-art.jpgLas desconfianzas en el grupo no se han curado como una herida normal, porque el entorno no es normal, el mundo ha cambiado radicalmente, y sus relaciones no son fruto de la amistad, el compañerismo o la afinidad, sino de la pura supervivencia, del instinto.
La idea de que algo muy jodido está esperándonos al doblar la esquina viene acechándonos desde los primeros diez minutos del primer episodio y va cobrando más fuerza a medida que la trama evoluciona. Cualquier atisbo de esperanza, de seguridad, de que quizá las cosas podrán ir mejor a partir de ahora, son solo un espejismo en el que cualquier alma desesperada caería de cabeza. En términos narrativos, hay un gato en la entrada de la guarida del ratón que hace pausas para que el roedor se confíe. No es que los gatos sean malignos (que de todo habrá), es que buscan la eficacia. Y está claro que los guionistas de Telltale persiguen el mismo objetivo: el zarpazo emocional en pleno corazón.
Este No Time Left es con diferencia el episodio más corto de los cinco. En apenas una hora la arena del reloj se agota y los hechos empiezan a precipitarse exponencialmente. La prudencia, la reflexión y la calma se apartan del camino. Las decisiones, que tanto peso han tenido en todo el relato, son pocas y sin demasiada importancia. Las cartas ya están sobre la mesa y la situación se vuelve tan desesperada que no hay otra salida que cerrar los ojos y pisar el acelerador hasta el borde —consabido de un modo u otro— del precipicio. Porque esa es la única carretera que ha pavimentado Telltale y porque la vida, diría Borges, es una muerte que viene. De quién, es lo de menos.
http://www.anaitgames.com/images/uploads/2012/11/analisis_the_waking_dead_ep5_2.jpg
The Walking Dead es un título imprescindible. Y no lo digo apelando a esa frase clásica del periodismo de videojuego, como. Es un juego imprescindible en términos absolutos, una experiencia que todo el mundo debería vivir, una conjunción de videojuego y narrativa en la que ambos elementos son distinguibles pero dependen entre sí. Un entramado cuya fuerza motora es la energía que libera un épico high five entre jugador y creador, pero que a la vez se comporta de forma orgánica y, por tanto, imperfecta. Esto no es una bifurcación entre dos caminos, no es una moneda al aire, o al menos no es esa la sensación que da en su totalidad. The Walking Dead de Telltale es más bien un golpe en la mesa, la consagración más flagrante y brutal de que los videojuegos tienen todavía mucho más que decir en este arte de contar historias. Quizá la nuestra sea una industria todavía en plena pubertad, pero los destellos de la excelencia y la profundidad empiezan a ser frecuentes, y quienes se empeñan en mantenerla encerrada en su cuarto lleno de pósters, entradas de conciertos y figuras de acción no podrán seguir ignorando este hecho por mucho tiempo más. [9]
Leer noticia original en Anaitgames (http://www.anaitgames.com/analisis/analisis-de-the-walking-dead-episode-5)