PDA

Ver la versión completa : La Torre



PROFECIA
30/04/2008, 12:00
Bueno, aqui os dejo uno de mis relatos. Es corto ( para no aburriros). Ya me diréis que os parece. Un saludo.



LA TORRE

La torre sobresalía varios metros por encima de la gruesa pared frontal. Desde allí arriba se podía divisar la mayor parte de la ciudad. Las primeras casas con sus correspondientes cuadras, más adelante la calle principal que desembocaba al ahora destruido ayuntamiento. Y un poco más al este, entre los frondosos sauces, se veía el lago de Cristal con su gran cascada al fondo.
De nuevo los gritos me hacen recordar lo que está ocurriendo. La empalizada de la puerta principal no aguantará mucho más. Mi hermano hace lo que puede para reagrupar a los hombres en la trinchera de lanzas colocadas de frente como un lobo aullando a la luna.
En la torre, junto a mí, está el grupo de arqueros. Algunos han caído. Pero eso no hace más que enfurecer su dolor, y obligarles a luchar con más brío en cada momento. Es entonces cuando una flecha pasa muy cerca de mi cara, haciéndome retroceder, y dejando aparecer una fina línea roja sobre mi mejilla. Al moverme es cuando mis ojos se fijan en ella. Es hermosa, aún con el pelo enmarañado y la cara sucia. La observo un momento, lo suficiente como para ver sus lágrimas correr por sus mejillas mientras carga su arco con otra flecha.
Cada vez que acierta sobre su objetivo esto no hace más que agrandar su dolor interno por quitar la vida a otros seres humanos. Llora de rabia. Qué nos ha hecho llegar a esta situación?. Ni los propios atacantes lo saben…
Abandono. Esta no es mi lucha. En mi intento de retirarme de la estancia, la mujer cae a mis pies con la mano en el pecho recubierta de sangre. Ya no llora, ni llorará nunca más. Ahora lo que parece una sonrisa, dibuja su cara. Nunca creí comprender tantas cosas como en ese momento. La entiendo. Me doy la vuelta y cargo mi ballesta. Soy yo quien llora ahora. Dispuesto a acabar con mis enemigos.


HISTORIAS PERDIDAS

Exhausto, herido y hambriento. Así es como me encontraba. La batalla fue larga y desmesuradamente difícil, cuanto odio esa sensación, ese fragor de la batalla, con los gritos de los tuyos rodeándote, mientras con desespero intentas abrirte paso entre los caídos. Evitando mirar sus caras para no reconocer ninguna de ellas. A mi espalda un amplio estandarte, fiel símbolo de mi fe. Al frente, obcecación por eliminar a los enemigos. Los silbidos que se escuchan por encima de la cabeza, me indican que los arqueros están haciendo un buen trabajo. Hundo la espada en la garganta de un atacante, su sangre en mi rostro me reconforta. Es una lucha justa. En ningún momento nos someteremos ante ellos. Su estudiado intento de conquista, la opresión ante los aldeanos, los brutales asesinatos de mujeres y niños... Esquivo un mayal girando sobre mi mismo y con un pie al frente, para poder golpear a dos manos, cae desangrado... No podemos resistir eternamente, nos superan en número, pero no en motivos para luchar. Golpe cruzado. Ellos buscan tierras que oprimir, Poder. Nosotros Libertad. La mayoría de los míos han caído, rezo por sus almas mientras asesto un nuevo golpe en vertical, rodilla en el suelo. Levanto mi espada al aire en el momento justo de ser golpeado por la espalda, agarro con fuerza la empuñadura y me levanto dispuesto a asestar el golpe final... No lo hago, ante mi un cuerpo menudo, magullado y delgado. El chico no debe de tener más de 16 años. Le golpeo con la empuñadura, tan sólo dejarlo inconsciente. Me doy la vuelta y continuo cargando al frente. No nos rendiremos ante nada ni nadie.
La agonizante idea de esclavitud me hace estremecer. Antes la muerte. Cargo a izquierda y derecha derribando a dos hombres fornidos, un tercero salta sobre ellos golpeándome en el hombro, noto el calor de mi sangre deslizándose por mi cansado brazo. Con un golpe seco de rodilla en su estómago cae , le rebano con mi hoja. Antes de tocar suelo ya está muerto. La imagen de mi honorable rey muerto empalado, no me la puedo quitar de la cabeza, era mi padre. Y como sucesor suyo, he de reclamar lo que pertenece a mi pueblo. Otros dos se abalanzan sobre mí pero con un certero golpe, cerceno sus gargantas, no volverán a respirar nunca más. Recuperaré la tierra de ensueño que hasta hace bien poco llamábamos hogar. Las tropas enemigas cada vez más mermadas, van facilitando en mayor medida el paso de los míos. Es el momento, con una hábil estocada atravieso el cuerpo de un atacante, lo uso como escudo girando sobre él, para golpear a un segundo que blandía una espada bastarda de dos manos. Caen los dos, y con un ágil movimiento, alzo mi estandarte en señal de victoria. Consigo motivar un poco más a los míos. El hecho de ver a su rey, luchando junto a ellos, me ha consagrado como el Rey Libertador. Poco a poco, ganamos terreno. Los golpes de estocadas y el grito de los que caen, es cada vez más tenue. Hemos vencido. Al menos esta vez. Veo correr a unos cuantos, pero no los persigo. El cansancio, y mi herido brazo, me hacen caer. Caigo de rodillas, incrusto en el suelo mi roja espada. Respiro hondo. Tomo aliento y grito. Grito como nunca antes lo había hecho. Grito el nombre de mi Padre con lágrimas en los ojos y una sonrisa en mi rostro.

Berengarion. Historias perdidas.

cHukAs
30/04/2008, 12:07
El otro dia vi la torre de suso. Esta bien.

PROFECIA
30/04/2008, 12:08
Jeje, tengo que verla yo también.

PROFECIA
12/05/2008, 15:35
Aqui dejo otro relato nuevo: HISTORIAS PERDIDAS. Un saludo.

enkonsierto
12/05/2008, 16:37
has visto los blogs de la web?

PROFECIA
12/05/2008, 17:22
La verdad es que no lo había visto!!!! Muchas gracias!:brindis:

CHUKNANO
12/05/2008, 18:48
A lo primero me dio algo de pereza leerlo,pero al final me lo he leido,muy interesante!

PROFECIA
15/05/2008, 19:59
Muchas gracias, tengo colgados más en el blog por si te apetece.